No hallar tranquilidad perenne
Vuela como las hojas caducas.
No hallar reposo ni aliento manso
solo el grito agudo que ahoga
mata y rompe el alma.
Un tormento
un ir y venir.
Buscar su imagen
y soñar despierto.
Sonámbulo,
romper las lágrimas
y abrirlas en ríos fríos
en sombra en luz quemada
y abrasada por el luminoso día.
Malas las horas en las que sus ojos
y los del loco racional
supieron que el amor,
solo es fortuna y sueño
para unos cuantos.
Y entre ellos no estoy yo.
Miriam G. González 13/09/2016
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